jueves, 13 de septiembre de 2012

Prehistoria.

La evidencia histórica en cuanto a la actividad del ser humano prehistórico ha sido obtenida fundamentalmente a través de dos métodos. El primero se deriva de estudios arqueológicos y antropológicos. De estas investigaciones se desarrollan interpretaciones y formulan conclusiones relacionadas con la vida social de esta población primitiva.
La segunda fuente de información se infiere del estudio de poblaciones modernas primitivas que se encuentran en nuestra civilización presente en ciertas áreas de África y Australia. Basado en la manera actual en que viven estas poblaciones, se plantean inferencias y conclusiones sobre lo que serían los principios de la educación física en la época prehistórica.




Los Aborígenes de nuestra época moderna se encuentran aún en la edad de piedra, de manera que proveen información vital de cómo sería la actividad física en la civilización primitiva. Sin embargo, se debe tener mucho cuidado al realizar inferencias y formular generalizaciones de esta fuente, puesto que dichas poblaciones no necesariamente representan lo que fue la civilización típica primitiva.
A pesar de esto, a través de estos estudios se sabe que la población primitiva participaba en juegos y baile, con énfasis en el baile. Se cree que el baile fue el comienzo del movimiento corporal organizado, lo que conocemos hoy en día como ejercicio. Debido a que el lenguaje no era muy efectivo, el baile representaba una manera de comunicación y expresión.
Este fenómeno se puede observar en las poblaciones primitivas (Ej. tribus indígenas) de nuestra época contemporánea. Se cree que existía un baile para todas las expresiones de las emociones humanas y sus manifestaciones sociales. De hecho, en estas tribus primitivas se empleaba el baile para ceremonias religiosas, para implorar lluvia, como un medio curativo de enfermedades o como preludio a la acción bélica. Podemos extrapolar la presencia de la actividad de baile en estas comunidades primitivas porque estos individuos se movían al ritmo de un sonido rítmico proveniente de algún instrumento rudimentario de percusión, tal como el tambor; comúnmente esto ocurría alrededor de una hoguera.
Los juegos también eran parte importante del diario vivir para estas poblaciones primitivas. En dicha época, el juego representaba aquella parte de la actividad total donde se participaba por simple diversión y espontaneidad. Además, el juego era un medio para preparar a los jóvenes para la vida adulta, puesto que el jugar era tomado de las actividades cotidianas diarias y representaban un medio reconocido para mejorar las cualidades físicas necesarias para sobrevivir, tales como la fortaleza muscular, velocidad y destrezas motoras particulares.



La evolución humana tuvo su origen con el movimiento. En la sociedad primitiva, obviamente no existía un programa de educación física y deportes. No obstante, el desarrollo del Homo sapiens (Ej. el Cro-Magnon de la Edad Paleolítica) dependía grandemente de la acción de sus músculos esqueléticos.
La meta educativa principal de la sociedad primitiva era supervivencia (a nivel individual y como grupo). No existían maestros de educación física, solo continuas demandas físicas y proyecciones en la vida diaria del ser primitivo. Para aquella época, era necesario que el ser humano tuviera una buena aptitud física, de manera que pudiera subsistir en el medio ambiente hostil donde vivía.
Por lo tanto, es posible que la actividad física primitiva estuviera relacionada en sus inicios con actividades de sobrevivencia, tales como la búsqueda continua de alimento, vestimenta, albergue, protección de un ambiente hostil y la propagación de las especies.
La educación ofrecida a los varones jóvenes se concentraba en la educación física, puesto que esto ayudaba al desarrollo de la fortaleza y a ser más hábiles en términos motores. En otras palabras, la educación para esta época estaba casi en su totalidad dirigida hacia el mejoramiento de la capacidad física del ser humano primitivo, de manera que se pudiera desarrollar las destrezas de supervivencia y la conformidad (Freeman, 1982, p. 22).
Las necesidades fisiológicas fundamentales del ser humano primitivo (Ej. el hambre) lo obligaba a ejecutar regularmente una variedad actividades físicas o destrezas de supervivencia, tales como la habilidad para defenderse por sí solo y a otros; el desarrollo de destrezas requeridas para la búsqueda de alimentos (Ej. lanzar, pescar, trepar, nadar, correr, cazar ); habilidades para conseguir ropa y encontrar albergue y las destrezas necesarias para vivir como un individuo en el mundo.
A largo plazo, estas actividades físicas cotidianas mantenían a este ser primitivo en buenas condiciones físicas. Todo esto era parte de las destrezas de supervivencia que necesitaba desarrollar el ser primitivo. Por otro lado, las destrezas de conformidad estaban diseñadas para asegurar la supervivencia del grupo al disponer las destrezas individuales al servicio de este grupo. Era necesario el trabajo cooperativo entre la gente para poder satisfacer las necesidades del grupo, de lo contrario, el grupo no podría sobrevivir.


  

 El ambiente físico de la sociedad primitiva requería que se tuviera una buena capacidad física. Por ejemplo, las inclemencias del tiempo, las cuevas como albergue, poca ropa para protegerse del frío y otras condiciones primitivas demandaban una apropiada fortaleza muscular, capacidad explosiva, agilidad, entre otras cualidades físicas.
El ser humano primitivo pudo subsistir a estas condiciones de vida adversas debido a su gran nivel aptitud física; fue posible este desarrollo físico por la activación constante de sus sistemas orgánicos, tales como los músculos esqueléticos, sistema cardiorespiratorio, entre otros.
Esto, a largo plazo, propiciaba una diversidad de adaptaciones fisiológicas en este ser primitivo. Todo indica, entonces, que una apropiada aptitud física para el ser humano primitivo era necesario e imperante para poder sobrevivir en la vida diaria difícil que tenían estos individuos. Se puede especular que las destrezas físicas requeridas para la sobrevivencia para dicha época fueron enseñadas a los hijos de generación en generación.
Podemos, entonces, inferir que los padres primitivos fueron los primeros maestros de educación física. Por ejemplo, el padre adiestraba a sus hijos en el uso del arco y la flecha, cómo trepar árboles, el empleo de sus extremidades para correr y nadar, entre otras destrezas.
Conforme las poblaciones primitivas fueron evolucionando socialmente, así como las maneras de controlar su ambiente, de la misma manera fue cambiando también la actividad física. Fueron evidentes las transformaciones en los juegos y deportes según se evolucionaba a través de las diferentes épocas Eolítica, Paleolítica y Neolítica.

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